lunes, 11 de agosto de 2008

.la decadencia del imperio.



El concepto de felicidad está presente en la literatura de una nación o civilización cuando su influencia disminuye. Esta felicidad personal es la expectativa de recibir gratificación instantánea en nuestra vida diaria y esa expectativa constituye el parámetro normativo de nuestra existencia.
Tomemos el matrimonio. En las sociedades estables es una forma de intercambio económico o una unidad de producción. Esto quiere decir que el éxito de un matrimonio no depende de la felicidad personal de ambos individuos. Ni siquiera surge el tema. Una sociedad en desarrollo le da mayor importancia al bien colectivo o a la felicidad futura que a la satisfacción personal. Por ejemplo, en Roma la idea del amor conyugal comienza a imponerse en el siglo III, bajo Diocleciano, que es cuando el imperio se derrumba. Y en Europa el concepto de felicidad de Rousseau marcó el comienzo de la Revolución Francesa. Entonces, ¿la búsqueda frenética de felicidad personal que vemos en la sociedad actual se relaciona con la decadencia del imperio americano tal como la estamos experimentando?
Las señales de la decadencia del imperio abundan. La sociedad desdeña sus propias instituciones, la tasa de natalidad sigue disminuyendo, los hombres se niegan a servir en el ejército, la deuda nacional está fuera de control, la semana laboral se acorta cada vez más, las burocracias proliferan, las élites están en decadencia. Con el derrumbe del sueño marxista-leninista ya no existen modelos de los cuales podamos decir: "Así es como queremos vivir". En nuestras vidas personales, a menos que seamos místicos o santos, ya no tenemos un ejemplo a seguir. Nuestra existencia misma está siendo menoscabada.
Este proceso es inevitable. Siempre habrá charlatanes proclamando que la salvación está en las comunicaciones, en los microchips, el regreso a la religión, el buen estado físico o una idiotez por el estilo. La decadencia de la civilización es inevitable como la vejez. Sólo podemos intentar ralentizar el proceso. Eso es todo. Tenemos la suerte de vivir en las afueras del imperio. El impacto es menos violento. La vida en estos tiempos puede ser placentera en ciertos aspectos. De todas formas, nuestra mentalidad excluye cualquier otra experiencia. Muy pocos de nosotros podríamos vivir en 1650 entre los puritanos de Nueva Inglaterra.



Le Déclin de l'empire Américain

1 comentario:

nano. dijo...

Me gustó, me interesa la movie. Despues cuando llego a casa me explayo con mayor tranquilidad.

Btw cuidado con el disco de Monaco :P.Es un proyecto de Peter Hook (Joy Division/New order). Hasta la mitad del disco suena medio-muy popero, despues se pone más interesante. Igualmente en el promedio el disco está bien, además tiene el hit de "What do you want frome me?" que nunca aburre.